martes, 5 de noviembre de 2013

El discurso fotográfico

Escribe el texto que te sugiera una de estas imágenes.



9 comentarios:

  1. Cuando observo esta mecedora inevitablemente la asocio con una mujer de avanzada edad. Siempre que veo una imagen así me imagino que la persona que se encontraba allí estaba esperando a algo o a alguien y me transmite cierta tristeza. El libro abierto con las gafas encima da la sensación de que no hace mucho desde que alguien se encontraba sentada en la silla y el hecho de que se posicione cerca de la ventana subraya aún más ese sentimiento de espera. Pienso que quien se sienta allí vive en constante vigilia.

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  2. Mecedora:

    Esta mecedora me hace recrear en mi imaginación una imagen concreta. Una mujer que ha sido durante su vida gran aficionada a la lectura y, cómo no, en el ocaso de su vida no iba a dejar de serlo. Pasa las horas muertas sentada en su mecedora, tapada con su manta, leyendo y reproduciendo en su cabeza las historias que los libros le cuentan.

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  3. Voy a elegir la opción de la mecedora, el libro y la manta. La voy a elegir porque me trae a la memoria muy buenos momentos. Me hace revivir muchas tardes de invierno en las que mi madre y yo compartíamos momentos de silencio sumergidas en nuestros libros. Desde la ventana veía como llovía sin parar y yo me tapaba cada vez más con la manta, aunque en casa hiciese calor. En mis recuerdos hay dos sofás y no una mecedora pero al fin y al cabo el marco es el mismo.

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  4. Esta fotografía me sugiere una época de senectud de la vida, a la que todos llegaremos algún día y en la que podremos disfrutar de la Literatura con mayor placer. La manta, la mecedora, los libros me retrotraen a una época primigenia de la vida en la que no existen las prisas ni el estrés y en la que prima la relajación. La soledad, el silencio, la claridad que entra por la ventana me llevan a un mundo onírico que todos hemos deseado alcanzar alguna vez.

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  5. La foto del hombre con arrugas es propia de la representación de un viaje: un viaje en el tiempo y en el espacio.
    Su expresión transmite años de experiencia y conocimiento; sus arrugas representan todas las historias vividas.
    Su apariencia en cambio nos muestra que es de otra etnia y nos recuerda a aquel viaje que hicimos.

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  6. Imagen 1:

    Niñez. Vejez. Historias. Aventuras. Melancolía. Calma. Paz.

    La vida transcurre entre tumbos en los que a veces miramos hacia arriba, y otras hacia abajo. Pero al final, este el balanceo siempre nos lleva al mismo lugar. Un lugar donde el movimiento se detiene y su sonido se convierte en silencio.

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  7. Fotografía: Mecedora

    Una chica que ronda la treintena acaba de tener un bebé. Desde que ha llegado a su hogar, solo está cómoda en la mecedora de su abuela. La usa todo el día, ya sea para amamantar con dulzura a su pequeño o para leer un buen libro. En la misma silla de mimbre se sentaba su abuelita para bordar, antes de que el Alzheimer le robara sus recuerdos. Han llamado a la puerta. ¿Quién será? Destapa la mantita que le ha regalado su madre, deja el cuaderno que le trajo su esposo para escribir y se dispone a atender la llamada. En el umbral de la puerta, su abuela ha venido a visitarla. No le recuerda, pero sabe instintivamente que la quiere. Hoy deberá cambiar la mecedora por el sofá, pero nada le apetece más.

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  8. Fotografía: Hombre
    Considero que las fotografías son una buena excusa para trabajar el microrrelato, por ello:

    El viejo califa se quitó su turbante, sus ricas ropas y sus alhajas, y, vestido con una sobria túnica negra, sonrío cansado a la Muerte que lo buscaba.

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  9. La mecedora me trae recuerdos de una escena familiar, cálida y entrañable. Tal vez una madre, un padre o unos abuelos leyendo cuentos a sus hijos y a sus nietos. Todos sentados alrededor de la mecedora escuchando con creciente interés historias fantásticas, dramáticas, históricas, cuentos... Ese tipo de lecturas que nunca se olvidan y que cuando somos mayores recordamos con cariño. Una mecedora que se hereda y generación tras generación se sigue recuperando esa costumbre lectora como una tradición más.

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